Helguera Palacio Boutique Antique - Las Presillas, Cantabria

Manuel G.

Hotel tranquilo y muy bonito para una escapada de relax. La atención del personal, en especial de Gloria, que desde el primer momento te reciben con una sonrisa y te hacen un tour enseñándote las instalaciones del hotel y su historia. Nuestra habitación muy bonita y acogedora, cuando volvimos de cenar nos habían quitado todos los cojines de la cama y dejado unas galletitas. Tiene piscina y jacuzzi cubierto con chimenea, que para una tarde de otoño como la nuestra viene de lujo. La carta del restaurante muy variada con cocina de la zona y muy buena calidad. Y un desayuno a la carta pero podías pedir todo lo que quisieras.

MARIA H.

Hemos pasado una estancia perfecta. Elegimos esta ubicación para realizar el Team Building del departamento y ha sido la mejor elección que habriamos podido realizar. No hace falta salir del hotel para poder disfrutar de gastronomia, naturaleza, deporte, relax y trabajo.

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Maravilloso Hotel donde pasamos unos dias inolvidables, las habitaciones decoradas con gusto exquisito, amplias y muy acogedoras. el restaurante muy agradable y una comida deliciosa. Piscina, gimnasio y entorno de fábula. Personal muy atento.

FUNERASTUR O. S.

Espectacular entorno. Atención maravillosa por parte de todos los empleados. Vino exquisito. Lamentablemente la cocina para nosotros no se encuentra al mismo nivel de lo demás. Siento decirlo pero es nuestra opinión real.

Paloma J.

Pasamos unos días maravillosos, rodeados de naturaleza y máximo confort.
Personal muy atento.
El palacio, una preciosidad, todas las estancias y habitaciones con encanto y excelente decoración.
Deseando volver, muy recomendable.

Maider N.

Mi pareja y yo nos alojamos en el Palacio Helguera y aunque el lugar es precioso y cuenta con muchas comodidades, nuestra experiencia estuvo lejos de ser satisfactoria, especialmente dado el alto precio que pagamos.

A nuestra llegada, el personal fue muy amable, incluso nos contaron la historia del hotel y nos enseñaron las instalaciones, lo cual fue un detalle encantador. Sin embargo, nos alojaron en una habitación en el ático donde mi pareja no podía ponerse de pie sin golpearse la cabeza. Además, el espejo del baño estaba tan bajo que teníamos que agacharnos para usarlos. Por el precio que tiene la habitación, este tipo de inconvenientes no deberían ocurrir.

Lo peor fue el percance que tuvimos con la ducha. Después de usarla, a pesar de tener la puerta bien cerrada, el agua se salió e inundó todo el baño. Usamos nuestras toallas y albornoces para secar el suelo, pensando que era algo puntual. Sin embargo, después de un rato de estar en la cama, llamaron a la puerta y, al no poder atender de inmediato, volvieron a insistir unos 10-15 minutos después. La dueña del hotel, acompañada por varios empleados, nos urgió a abrir la puerta. Nos vimos en la situación incómoda de tener que vestirnos rápidamente para atender lo que resultó ser una fuga que estaba goteando en la habitación de abajo. Varias personas entraron en nuestra habitación, cortándonos totalmente el plan de la tarde.

Nos ofrecieron cambiar de habitación, pero ya habíamos desempacado y nos pareció más una molestia que una solución. La dueña sugirió que pidiéramos una copa gratis, algo que no hicimos porque nos pareció inapropiado solicitarlo al personal sin que ella estuviera presente.

Finalmente, al hacer el check-out, comentamos nuestra experiencia a la recepcionista y nos respondió con un simple “son cosas que pasan”. Teniendo en cuenta lo que cuesta este hotel y lo que nos gastamos en la cena (además de que nos la cobraron doble y tuvimos que reclamar), esa respuesta fue decepcionante. Nos esperábamos algún tipo de compensación o, al menos, una solución más adecuada.

Es una pena, ya que el hotel es hermoso, pero la falta de atención y la manera en que se manejó la situación nos dejó con una sensación muy negativa.

mgarsanc

Tranquilidad y refinamiento. Habitaciones amplias y con preciosa decoración. Restaurante tranquilo y con excelente oferta. Desayunos a la carta de primera calidad ante los valles pasiegos. Piscina tranquila y muy soleada. Una gean experiencia

E G.

Un lugar con una decoración ecléctica sublime, en un entorno natural inigualable. Personal atento de trato exquisito, al nivel de la exclusividad de los clientes que se alojan. El restaurante posee una materia prima y técnica excepcional. Gratamente sorprendida y muy recomendable.